Enfermo desde hace días por un resfriado obstinado en no dejarme. Buenas noticias a mi alrededor, mientras los días se precipitan, pareciera que con angustia, hacia el final del año y de la década. Mi amiga G. me envía por correo electrónico el discurso que a principios de mes pronunciara, ante la Academia Sueca, nuestro muy admirado Vargas Llosa, con motivo de la recepción del Nobel. Otro poeta, el gran Ramón Bolívar, me regala libros, parte de una biblioteca vasta que se ha propuesto, según creo, obsequiar en su totalidad. Me apresto, así, plagado de trabajo y de lecturas pendientes, a recibir lo más serenamente que me sea posible el impacto brutal del ruido que consigo trae la Navidad.
Recupérate. Las gripas son muy montoneras y les dá por ponerse grupis. Creo que son muy machas porque se les gustan también que les digan gripes. Yo saliendo de una bronquitis, que parece una enfermedad donde los bronquios se confunden y quieren transformarse en peces o al menos respirar como si fueran peces. Tremenda bronca la de uno que dejó hace milenios de pensarse amfibio. Tibio el cuerpo en esta am para resistir el invierno. ¿A ver, no? Leo tu crítica ¿consiciente? ¿O producto de la gripa inconsciente? "Otro poeta, el gran Ramón", y no otro gran..., Ramón. ¡Averno! ¿Qué libros te dio? Yo reyelendo al gran Catulo, sencillito. A ver si se me pega algo. Algo de Michaux también. La escritura china. Librazo. Pelmazo yo que no lo había leído antes. Antes que vuelva al agua, a la bronquitis, te mando un saludo de bronce. Quien quita. Quitis.
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